Voy en buscade mi billetera, llaves y bufanda. Salgo decasa con destino a un ciber a imprimir, ya que mi impresora está fallando heavy.
Está algo frío,con un poco de niebla. Confieso que igualme agrada caminar así, en días de niebla, me acuerdo de tardes de colegio, de caminatas con amigos, etc. y para mi sorpresa la calle está oscura, así es, la Luminaria Pública acaso está en plan de ahorro de energía me pregunto yo...
Al salir delciber camino a casa, vuelvo a reproducir la música, Wish you were are de Pink Floyd se deja oír por los audífonos.

Entonces desvío mis pies en dirección a la entrada del parque, permanece todo a oscuras, mientras la blanca niebla lo cubre todo –como aquella madrugada en que falleció la abuela- sigo oyendo los acordes de Pink Floyd. Entonces me cubro con el gorro de mi polerón y la nariz con la bufanda. A medida que avanzan mis pasos voy sintiendo la brisa de las ramas de los árboles, piso inertes hojas cafés del suelo, alguna que otra poza de barro, signo de lluvia de días anteriores. Me dan ganas de entrar al parque, así en plena oscuridad…

Por mis oídos ahora emana la música de Jarabe de Palo (grita), de Lucybell (mil caminos, carnaval, hacia el cielo), Francisco González (óvalo) convirtiéndose en el soundtrack de este paseo nocturno.
Me siento bien, inhalo profundo cierro los ojos sintiendo al viento en la cara, ahora los abro y voy girando mi mirar por un árbol en singular.

Vuelvo a caminar a casa, con quietud. Me encuentro en la puerta de entrada de este parque, miro hacia atrás, contemplando por última vez la escena más bonita de esta noche.

Voy llegando, y me acuerdo de la agradable Raquel Telias, cuando dijo: Toda Contemplación Necesita De Cierta Soledad.
En la cocina el olor y calor del fuego de la madera encendida desde la salamandra me acompañan mientras coloco el hervidor, y preparo un sandwich.
Subo a mi dormitorio; dejo la mochila, bufanda, guantes y llaves. Quemo incienso, vuelvo apretar play. Opto por encender una velita (prefiero en este instante esa luz), me siento en la cama con los pies descalzos, con un tazón caliente en la mano y la mirada perdida oyendo a Casanova y Javiera Parra, mientras acaricio a Renato, el pequeño felino de la casa.
2 comentarios:
weona te adoro es muy evocador como que te veo caminando en todo lo que describes que detallista la embarraste
f.
que buenas las imagenes las tomaste tu no es asi???
P.
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