1.Hoy almorcé lentejas con queso rayado.
2.Cuando almuerzo en algún sitio en el menú reemplazo la gaseosa o cerveza por el olor de una taza de café humeante.
3.El jugo, como así la bebida y el yogurth luego de una breve pausa nocturna a mis horas frente al pc, son superado por las tostadas con margarina ó palta.
4.Mis tertulias nocturnas las prefiero en compañía de vino ó ron añejo. Y si comparto a lo hippie-artesa-natura ideal una fogata.
5.Las noches ya las ando a pie, con la cámara registrando fotografías. La bicicleta se guarda.
6.Me preocupo de acariciar y brindar sosiego a mi felino Renato de su desagrado por las lluvias que caen.
7.Por la mañana, al despertar, estoy minutos estirándome y me quedo quieta en la cama, corriendo la cortina de la ventana viendo lo blanquecino que está por la nieblina, y ahí vienen unos bostezos antes de levantarme y vestirme.
8.No me agrada del todo salir a distintos sitios, en la misma jornada, con lluvia ó tener que abrigarme y cargar con paraguas, (aunque me encante la lluvia).
9.Me entran unas ganas locas de rodar algo en formato blanco-negro muuy nostalgy and melancholic.
10.Se me vienen a la cabeza aquellas sesiones de teatro con Transformación. Ahí estábamos, religiosamente, de mañana y tarde de días sábados fríos, recaudando las monedas para el pan, el café ó tecito, compartiendo la once, antes que Juvenal se condoreara el hervidor eléctrico, en nuestro desaparecido Recinto Ex Cad.
11.Devoro los chocolates que me obsequia (muy manipulación encubierta) mi Jessica Francisca. Como cualquier cosa de chocolate.
12.Porque no hay mejor abrigo que uno que otro fin de semana junto a Gustavo, conversando, acurrucaditos, en mi cama.
13.Acepto para el frío algún cigarrillo, como por ejemplo aquel que me ofrece caballerosamente Javo, en algo así como los After Theatre de días viernes.
14.Aún estoy esperando que Sara me invite un matecito con galletas, para posteriormente yo invitarla a nuestra barra de cerveza Heineken y Austral versión 2.9
15.Se me empapan los ojos recordando que un 16 de mayo de madrugada del 2008, sentí el escalofrío que más ha calado internamente mis huesos y mi ser completo, cuando fallece mi abuela materna.
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